lunes, 30 de enero de 2012

Arte antídoto del miedo


Una de las obras que más atrajo mi atención cuando visité De la revuelta a la modernidad, el nuevo espacio de la colección permanente del Reina Sofía, fue el lienzo Mensaje en Di Tella, del artista argentino Roberto Jacoby. La obra expuesta por primera vez en Buenos Aires, en la muestra EXPERIENCIAS 68 del Instituto DiTella de mayo de 1968. En el lienzo negro puede leerse el siguiente texto:

“Este mensaje está dirigido al reducido grupo de creadores, simuladores, críticos y promotores, es decir, a los que están comprometidos por su talento, su inteligencia, su interés económico o de prestigio o su estupidez a lo que llaman 'arte de vanguardia'.

A los que metódicamente buscan darse en DiTella 'el baño de cultura', al público en general. Vanguardia es el movimiento de pensamiento que niega permanentemente al arte y afirma permanentemente la historia. En este recorrido de afirmación y negación simultánea, el arte y la vida se han ido confundiendo hasta hacerse inseparables. Todos los fenómenos de la vida social se han convertido en materia estética: la moda, la industria y la tecnología, los medios de comunicación de masas, etc.

'Se acabó la contemplación estética porque la estética se disuelve en la vida social'.

Se acabó también la obra de arte porque la vida y el planeta mismo empiezan a serlo. Por eso se esparce por todas partes una lucha necesaria, sangrienta y hermosa por la creación del mundo nuevo. Y la vanguardia no puede dejar de afirmar la historia, de afirmar la justa, heroica violencia de esta lucha. El futuro del arte se liga no a la creación de obras, sino a la definición de nuevos conceptos de vida; y el artista se convierte en el propagandista de esos conceptos. El 'arte' no tiene ninguna importancia: es la vida lo que cuenta. Es la historia de estos años que vienen. Es la creación de la obra de arte colectiva más gigantesca de la historia: la conquista de la tierra, de la libertad por el hombre."

La vigencia de estas palabras es aun más poderosa si cabe en nuestros días. Redefinir nuestra manera de vivir será la gran empresa del siglo XXI. Es la vida, la mayor de las obras de arte, la que hoy vive amenazada bajo el yugo económico de un capitalismo pirómano que ha prendido fuego a las conquistas sociales y que, disfrazado de bombero, se siente todavía autorizado para decirnos con sus fórmulas amedrantadoras que solo con más gasolina apagaremos el fuego. Como dice Vivianne Loría, la redactora jefe de la revista Lápiz a la que entrevistamos en esta edición de Continum, el arte reivindicativo es solo una de las muchas facetas del arte del siglo XXI. No debemos olvidar el lema del edificio de la Secesión en Viena: "A cada época su arte, a cada arte su libertad". No obstante, los continuos recortes a la libertad que estamos sufriendo en todos los planos de la vida exigen más que nunca de un arte que pida a gritos libertad, un pulso nuevo, nuestro, que golpee las tinieblas de todo lo inhumano-contemporáneo, un arte antídoto del miedo que luche contra el espectro de la barbarie. Recoger el eco de Morente gritando frente al Guernika.

Escucha el podcast con una extensa entrevista a Vivianne Loría, la redactora jefe de la revista Lápiz, cuando se cumplen 30 años de la publicación en lengua española más influyente del panorama internacional del arte contemporáneo; y las declaraciones de Manuel Borja-Villel, director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, nos habla de los nuevos tesoros de De la revuelta a la posmodernidad, el recién inaugurado espacio expositivo dedicado al periodo de los 60 a los 80 en donde tienen lugar los cambios políticos, sociales, culturales y tecnológicos que configuran el escenario global contemporáneo. También escucharemos Soleá, canción de Enrique Morente de la banda sonora de El Barbero de Picasso, la cinta de Ruiz Barrachina nominada al Goya a la mejor Película Documental.

alberto sánchez medina







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